Cada día, en la geografía nacional se desplazan por lo menos seis millones de viajes, es decir, un vehículo que emprende una ruta de transporte, en un caótico sistema que tiene un costo no menos de RD$120 millones diarios, de los cuales el 50 por ciento se lo traga el Gran Santo Domingo.
De esta demanda de tres millones de viajes en la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, la OMSA apenas satisface el 3,6 por ciento y el Metro, el 7 por ciento de la demanda actual de los usuarios.
Las calles de Santo Domingo y las principales ciudades del país se han vuelto extremadamente peligrosas, y no parece haber ley ni se respeta el derecho de nadie.
En su mayoría, los transportistas y su temerario ejercicio de conducir sus vehículos, hacen que cualquiera lo piense dos veces antes de aventurarse a salir de su casa y peor aún si tienen que abordar uno de los destartalados carros de concho, guaguas de las denominadas voladoras y los cada vez más escasos y en peor estado, autobuses de la OMSA.
Hace más de un mes, los usuarios frecuentes de los autobuses de color verde, que llegaron al país con grandes expectativas de convertirse en una solución a la creciente demanda de transportación de los residentes en la capital y en Santiago, brillan por su ausencia, lo que ha extendido el tiempo de espera en las paradas de 10 a 30 minutos y en algunos casos, hasta a casi una hora.
Un equipo de elCaribe recorrió algunas de las terminales de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses y pudo comprobar la gran cantidad de unidades que se encuentran, no solo fuera de servicio, sino abandonadas, algunas muestran destrucción por accidentes, a otras, simplemente les han ido extrayendo piezas para reparar otras unidades.
Sin embargo, la falta de guaguas para la transportación de pasajeros, representa solo una parte del problema. Para Oneximo González, especialista en Planificación del Transporte, el problema del tránsito en el país solo puede atribuirse al descuido de los gobiernos que ha tenido la República Dominicana desde la muerte de Trujillo hasta la fecha.
“El problema del congestionamiento en Santo Domingo se debe a que tenemos una flota de 16, 500 carros de concho, 13 a 15 mil motoconchos y unas tres mil voladoras, minibuses y microbuses. Son unidades de baja capacidad y de alta peligrosidad, que movilizan en estos momentos aproximadamente el 90 por ciento de la demanda”.
Criticó que esa flota de vehículos tiene de 20 a 35 años y aún están rodando, contaminando el medio ambiente y compitiendo con la primera y segunda línea del Metro de Santo Domingo, que es un sistema moderno y eficiente de transportación.
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