Es muy fácil encontrar cuáles fueron las últimas palabras de Napoleón o John Lennon, pero para alguien que no es una celebridad, sus últimas palabras quedan en el olvido. No es así en Texas, donde hay un archivo especial.
El archivo se halla en el sitio web del sistema penitenciario de Texas que guarda las últimas palabras de todos los presos ejecutados durante las últimas décadas. Texas ha ejecutado a más personas que Alabama, Florida, Georgia, Missouri, Oklahoma y Virginia juntos. Entre los estados de EE.UU. donde se aplica la pena de muerte, Texas y California son los únicos que archivan las últimas palabras de los ajusticiados, pero solo Texas cuelga cada declaración en un sitio accesible al público. Dicha página registró tres millones de visitas el año pasado.
Entre las últimas palabras de cientos de hombres y mujeres se encuentran algunas declaraciones muy curiosas. Por ejemplo, Charles Nealy pidió no ser enterrado a la izquierda de su padre, pero sí a la derecha de su madre. Domingo Cantu, quien violó a una viuda de 94 años de edad y luego la mató, dijo que amaba a su esposa y que la espera en el otro mundo.
"Señor, en honor a un verdadero héroe americano, digo yo: Listos para arrancar", dijo David Ray Harris, quien fue ejecutado en 2004 por matar a un hombre que trató de impedir el secuestro de su novia.
Tal vez los más sorprendentes son los de las personas que expresan la plena aceptación de su castigo, como Charles Bass, condenado en 1986 por matar a tiros a un policía. "Me merezco esto. Digo a cada uno: Adiós", fue todo lo que dijo.
James Colburn emitió un sentimiento similar en 2003, cuando apuñaló una mujer hasta la muerte por resistirse a la violación. "Nada de esto debería haber ocurrido y ahora que me estoy muriendo, no queda nada de qué preocuparse. Sé que fue un error. No tengo a nadie a quien culpar, sino a mí mismo", reconoció Colburn.
ermarr Arnold, quien mató a una joven de 21 años durante el robo en una joyería de Corpus Christi en 1983, asumió la responsabilidad por su muerte, pidiendo disculpas a sus padres. "Estoy profundamente apenado por la pérdida de su ser querido. Yo también soy un ser humano. Yo sé lo que se siente, yo he estado allí. No puedo explicarlo, no puedo dar respuestas. Les puedo dar una cosa, y voy a entregarla hoy", dijo el condenado a muerte.
Los presos grabados hablan en inglés, español, francés, vietnamita, gaélico y alemán. Algunos citan al Corán y la Biblia, cuentos de hadas y poesías. Los expertos subrayan que los encarcelados no hablan muy elocuentemente, ya que en la mayoría de los casos se trata de personas sin educación y bastante pobres.
El archivo se halla en el sitio web del sistema penitenciario de Texas que guarda las últimas palabras de todos los presos ejecutados durante las últimas décadas. Texas ha ejecutado a más personas que Alabama, Florida, Georgia, Missouri, Oklahoma y Virginia juntos. Entre los estados de EE.UU. donde se aplica la pena de muerte, Texas y California son los únicos que archivan las últimas palabras de los ajusticiados, pero solo Texas cuelga cada declaración en un sitio accesible al público. Dicha página registró tres millones de visitas el año pasado.
Entre las últimas palabras de cientos de hombres y mujeres se encuentran algunas declaraciones muy curiosas. Por ejemplo, Charles Nealy pidió no ser enterrado a la izquierda de su padre, pero sí a la derecha de su madre. Domingo Cantu, quien violó a una viuda de 94 años de edad y luego la mató, dijo que amaba a su esposa y que la espera en el otro mundo.
"Señor, en honor a un verdadero héroe americano, digo yo: Listos para arrancar", dijo David Ray Harris, quien fue ejecutado en 2004 por matar a un hombre que trató de impedir el secuestro de su novia.
Tal vez los más sorprendentes son los de las personas que expresan la plena aceptación de su castigo, como Charles Bass, condenado en 1986 por matar a tiros a un policía. "Me merezco esto. Digo a cada uno: Adiós", fue todo lo que dijo.
James Colburn emitió un sentimiento similar en 2003, cuando apuñaló una mujer hasta la muerte por resistirse a la violación. "Nada de esto debería haber ocurrido y ahora que me estoy muriendo, no queda nada de qué preocuparse. Sé que fue un error. No tengo a nadie a quien culpar, sino a mí mismo", reconoció Colburn.
ermarr Arnold, quien mató a una joven de 21 años durante el robo en una joyería de Corpus Christi en 1983, asumió la responsabilidad por su muerte, pidiendo disculpas a sus padres. "Estoy profundamente apenado por la pérdida de su ser querido. Yo también soy un ser humano. Yo sé lo que se siente, yo he estado allí. No puedo explicarlo, no puedo dar respuestas. Les puedo dar una cosa, y voy a entregarla hoy", dijo el condenado a muerte.
Los presos grabados hablan en inglés, español, francés, vietnamita, gaélico y alemán. Algunos citan al Corán y la Biblia, cuentos de hadas y poesías. Los expertos subrayan que los encarcelados no hablan muy elocuentemente, ya que en la mayoría de los casos se trata de personas sin educación y bastante pobres.
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