Antena Taxi

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1.25.2014

“Depredadores, francotiradores,chantajistas y olvidadizos”, han tratado de manchar honesta carrera de Félix Fermín

Félix Fermín, manager de las Águilas.Héctor García
Me encontraba en Estados Unidos atendiendo mi salud en los días que se celebraron los últimos juegos del round robin de la pelota dominicana y específicamente, cuando el conjunto Águilas Cibaeñas volvió a perder uno de los tantos partidos en los innings finales.

 Cuando la acción inició en San Francisco de Macorís, las Águilas buscaban una victoria que, combinada con una derrota de los Tigres del Licey en la Capital, provocaría un triple empate en la segunda posición de la justa. Ocurrió todo lo contrario, en un accidentado encuentro, en el que una falla energética causó males en transformadores de una de las torres del alumbrado y se apagó. ¡Según sectores de la prensa, la mandó a apagar las Águilas o Félix Fermín! ¡Qué venenosos! En todos los estadios que se juega béisbol profesional hay de servicio una brigada de ingenieros eléctricos y técnicos. En este caso, en un tiempo récord, esos profesionales lograron restablecer el servicio eléctrico.


 El Licey ganó en la Capital antes de terminar el partido en San Francisco de Macorís y las Águilas fueron eliminadas en momentos en que ganaba el encuentro, por lo que un par de jugadores, cansados de una larga temporada, pidieron ser sustituidos y el sagaz dirigente Fermín los complació, como lo harían todos los managers del béisbol.

 De ahí en adelante, “depredadores y francotiradores”, enemigos tradicionales, quienes siempre tienen balas disponibles para el Águila, iniciaron la cacería y han llevado al capataz más ganador de nuestro béisbol a su terreno, haciéndolo presa.


 Esos “depredadores y francotiradores”, muchos de los cuales son “chantajistas y olvidadizos”, han tratado de manchar una larga y honesta carrera dentro y fuera del terreno, como es la de Félix Fermín, frente a quien tendrán que arrodillarse en un futuro cercano, porque tomó una decisión personal, en un momento, en que su equipo ya no iría a ningún lado.

 Las Águilas y Fermín son honestos y tanto la organización, como él, han contribuido grandemente con el béisbol profesional dominicano, por lo que exijo respeto, aunque conozco que quienes disparan a mansalva ni siquiera merecen que se tomen en cuenta con esta responsable opinión, enfocada desde la otra cara de la moneda.

 ¡Con ella solo busco honrar a Fermín! ¡Cuánto morbo y mala fe!

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