Con el ajetreado ritmo de vida en el que vivimos, incluso falta tiempo para cambiarse de ropa; y esta chica en el metro parece haber encontrado una solución poco convencional: hacerlo en el vagón a vista de los pasajeros, que ni se inmutan por lo sucedido y siguen con su rutina normal. Aunque quizá no sea más que una prueba para ver la (inexistente) reacción de la gente.
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