Nueva York.- Como si se hubiesen puesto de acuerdo, en los últimos días se escucha con insistencia una expresión por parte de los dominicanos residentes en Manhattan, El Bronx, Brooklyn y Queens, en el sentido de que las autoridades deben resolver los problemas que afectan el sistema ferroviario, situación divulgada recientemente en un informe por el Center for an Urban Future, que describe los serios problemas del tren que opera desde principio del siglo XX.
En el recorrido cotidiano que acostumbra realizar el autor de esta nota, ha podido escuchar en los últimos días en lugares públicos (paradas del tren, autobuses, tiendas, salones de belleza, bodegas y restaurantes, entre otros), que debido a esos problemas del tren (retrasos, interrupciones de servicio, incendios y hasta descarrilamientos) con frecuencia se ven imposibilitado de llegar temprano a sus trabajos.
Además, destacan un reporte de la Campaña por los Usuarios del Transporte Público (Straphangers Campaign) que señala que las demoras, provocadas fundamentalmente por fallas mecánicas derivadas de la antigüedad del sistema, aumentaron 35% desde 2011, y que expertos y funcionarios coinciden en señalar que el tren en La Gran Manzana, concebido para transportar a una población mucho menor que la actual, necesita una profunda —y urgente— renovación.
El metro de Nueva York fue inaugurado en 1904 y es el más grande de Estados Unidos y uno de los más grandes del mundo con 468 paradas, más de 20 líneas (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, A, B, C, D, E, F, J, G, L, M, N, Q, R, entre otras), trabaja las 24 horas durante los siete días de la semana, transporta más de 1,600 millones de personas al año, recorre 1,602 kilómetros, existen 6,380 vagones y por ser un sistema antiguo, la mayor parte de las estaciones no son accesibles para gente con minusvalías.
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