Los asientos pueden además escalonarse para evitar el choque de los codos, una de las quejas más comunes de los pasajeros que soportan largos recorridos en la clase turista.
El diseñador James Lee, de Paperclip Design, lo ha bautizado Butterfly (Mariposa), mereciendo el primer premio del evento de IATA.
Además de brindar comodidad a los viajantes, el asiento Mariposa promete elevar los ingresos de las compañías. El secreto está en que permite organizar la demanda de la cabina sin importar si el boleto es de primera clase o económica.
Si bien sólo los pasajeros de business podrán transformar la butaca en cama, será la primera vez que la clase turista tendrá acceso a un sofá, sin que ello implique cambiar de espacio físico.
"'Esta flexibilidad permite a las aerolíneas hacer uso de los recursos de manera más eficiente, lo que reducirá sus costos", explicó Lee. "Para los pasajeros, esto equivaldrá a tarifas más estables a largo plazo, y la flexibilidad significa más opciones".
"En el pasado, si la cabina de clase ejecutiva estaba llena no se venden más boletos. Con el asiento Mariposa se pueden convertir algunos asientos de la clase turista en clase ejecutiva", pone como ejemplo Lee.
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