NUEVA YORK - El anuncio oficial del presidente Barack Obama de ofrecer alivio temporal a alrededor de cinco millones de indocumentados fue seguido por los inmigrantes neoyorquinos con la misma emoción y tensión que la final de un Mundial de Fútbol.
El punto más caliente fue la sede de la organización proinmigrante Make the Road, en Queens, donde familias enteras de mexicanos, colombianos, guatemaltecos y venezolanos, entre otras nacionalidades, se congregaron en masa para vivir unidos el anuncio migratorio más importante en casi tres décadas.
Las emociones estaban a flor de piel, especialmente entre los que calificaban para el nuevo programa, como la mexicana Leonor Rojas (49), quien, 23 años después de llegar a Nueva York, por fin veía la luz al final del túnel.
Rojas cruzó la frontera con cuatro de sus hijos, y luego un quinto nació ya en la Gran Manzana y es ciudadano estadounidense. Además, está casada en segundas nupcias con un hombre que también es ciudadano, pero cuando intentó regularizar su situación en el pasado a través del casamiento, la dijeron que primero tenía que volver a México, algo a lo que no estaba dispuesta, pero ahora podrá permanecer en Nueva York mientras se tramita los papeles.
“Se acabó vivir en las sombras, se acabó vivir con miedo”, dijo Rojas, visiblemente emocionada. “Mi vida va a cambiar por completo y espero que la de mucha gente también”.
El final del discurso de Obama fue recibido con un aplauso generalizado, aunque también había gente que esperaba más del anuncio.
“El Partido Demócrata y el Presidente han tardado mucho en cumplir su promesa, y sólo lo han hecho a medias”, indicó el mexicano Miguel Cruz (41). “Demasiadas familias que no hacen más que trabajar honestamente se van a quedar fuera”. (Leer mas)
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