Leonel y Danilo

César Duvernay 
duvernaycesar@yahoo.com
El debate en torno a si hay o no tiempo para viabilizar el proyecto de la reelección presidencial ha creado una efervescencia en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), donde lo más importante no es el tema en sí sino las motivaciones que lo impulsan y las preocupantes animosidades de los sectores en desacuerdo.

Para los reeleccionistas, si no es con Danilo Medina el poder se pierde. Razonan que ninguna de cuatro opciones que corren por la nominación oficialista les ganaría unas internas a Leonel Fernández, pero que éste no garantiza el triunfo dado al cuestionamiento a que es sometido por algunos sectores de la sociedad.

Entienden que el desgaste de 12 años continuos de ejercicio, donde el PLD ha venido descendiendo en su caudal de votos, amerita de un candidato con la popularidad de Medina, por lo que reformar la Constitución para habilitar la repostulación, se hace imperativo.  

Los Leonelistas por su parte, apelando a las múltiples condiciones del expresidente, a su récord de victorias, al manejo de los aliados, la poderosa estrategia comunicacional y a la cohesión partidaria, apuestan a una recomposición de su líder, quien pese a todos los señalamientos, las encuestas lo presentan como el candidato a vencer. Mientras, ninguno de los dos dice que va, pero su gente trabaja en eso.

Solo que más allá de la pugna y de los actores involucrados, lo verdaderamente peligroso sigue siendo la desconfianza que se advierte entre ambos bandos a cómo reaccionará el otro si se le llegara a pasar la antorcha.

La Asamblea Nacional cuenta con 222 legisladores (190 diputados y 32 senadores) y para reformar la constitución se necesitan las dos terceras partes, es decir, 148 votos. El PLD tiene de 128 y los opositores y demás fuerzas son 94. Por tanto conseguir la cifra pudiera ser difícil o fácil dependiendo del resultado de una reunión entre Leonel y Danilo.

 Quizás evitando un choque de trenes, el  Comité Político del PLD tiene más de tres meses que no se reúne, pero el tema ya amerita de una definición porque a medida que pasan los días el témpano se hace iceberg.