Los médicos le diagnosticaron nevo melanocítico congénito gigante, es decir, lunares de gran extensión, que en el caso de Ciera abarcan el 70% de su piel.
Aunque esta condición no afecta su salud, los conflictos en su vida llegaron al relacionarse con otros niños que al ver sus manchas se burlaban de ella.
"Un día, me acuerdo de estar en el autobús escolar y escuchar a un niño riéndose de mí y llamarme 'perro con manchas'. Eso realmente me afectó", contó al diario británico DailyMail.
"Con el tiempo he aprendido a ignorar los comentarios negativos y recordar que la mayoría de las personas miran y dicen cosas crueles porque no están acostumbradas a ver a alguien con mi condición", dijo sobre su diagnóstico, que se cree afecta a 1 de cada 500.000 personas.
INFOBAE.COM
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