La patente en cuestión corresponde al número 5.781.752 del registro estadounidense que describe un «circuito para la gestión de datos basados en tablas para ordenadores con procesamiento en paralelo», la cual fue concedida a un equipo de la Universidad de Wisconsin dirigido por el investigador Gurindar Sohi en el año 1998.
WARF, el brazo de la Universidad de Wisconsin que se encarga de las patentes, solicitaba que los cálculos por daños y prejuicios fuesen triplicados, ya que Apple estaba al tanto de la patente y por ende, la había violado de forma intencionada. Apple había tratado de demostrar que la patente en cuestión no era válida, un argumento que el jurado rechazó.
El importe de los daños causados por Apple aún está pendiente por determinar, aunque medios estadounidenses consideran que la universidad podría reclamar más de 800 millones de dólares. Posteriormente, se han incluido los procesadores A8 y A8X, ubicados dentro de los iPhone 6 y iPhone 6 Plus. El centro universitario denunció también a Intel, en 2008, por la misma razón, aunque ambas instituciones llegaron a un acuerdo extrajudicial por valor de cien millones de dólares.
En los últimos años, Apple ha presentado diversas demandas por violación de patentes contra otras empresas importantes dentro del sector de la tecnología. Uno de los enfrentamiento más seguidos es el que enfrenta a la firma surcoreana Samsung, su mayor rival en el mercado de los teléfonos inteligentes y tabletas.
ABC.es
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