SD. La pérdida de los valores morales inculcados en la familia, la falta de educación, la desigualdad social y la desintegración familiar se han convertido en caldos de cultivo para que la mayoría de los crímenes estén siendo cometidos por jóvenes que no llegan a los 30 años de edad.
En una evaluación de casos ocurridos desde el 21 de agosto del año pasado, 16 jóvenes de entre 19 y 29 años han estado involucrados en atracos y asesinatos.
El fraccionamiento de la institución familiar, manifestada principalmente en la ausencia de uno o ambos padres durante la niñez y adolescencia, así como debilidades en el Sistema Educativo del país son considerados tierra fértil para la germinación de hombres y mujeres infractores de la Ley. Texto completo diariolibre.com
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