Mayra Rosales sufría de obesidad mórbida.
En el año 2008 se la acusó de haber asesinado a su sobrino al aplastarlo accidentalmente. Dos años después, fue declarada inocente y se supo que su hermana, quien maltrataba regularmente al pequeño, había sido la verdadera responsable de su muerte.
Pero Mayra decidió que era hora de dejar de estar gorda. Y se sometió a una cirugía que le quitó el exceso de peso.
Para moverla al hospital, se necesitó un gran equipo de personas. Ella pesaba 427 kilos.
Después de la operación, Mayra pudo empezar a moverse y a hacer dieta y ejercicio.
Mayra tuvo que someterse a más cirugías para eliminar el exceso de piel colgante, y apegarse a su rutina de dieta y ejercicios para continuar perdiendo peso. Logró perder el 80% de su masa corporal previa.
Y el resultado es incríble.
Esta mujer le ha probado al mundo (y más importante a sí misma) que querer es poder.
Fuente: Primmero.com
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